Durante la parada invernal la vid tiene casi todas sus funciones en suspenso, no tiene hojas ni otras partes verdes, y no existen flores ni frutos. Pero qué pasa hacia los meses de Agosto/Septiembre, cuando la vid comienza a despertar?
Prestá atención, a continuación te contaremos qué es el lloro de la vid.
Septiembre, invierno-primavera
A medida que se va acercando la primavera y la tierra comienza a calentarse es cuando la vid empieza a llorar.
Este primer contacto con el calor hará que los viñedos despierten tras su reposo invernal. La cepa (vid) ha pasado dormida todo el invierno, y lo primero que vuelve a la actividad es su raíz. La raíz nota cómo poco a poco el suelo va calentándose, y la savia (líquido que circula por los vasos conductores de las plantas) comienza a recorrer la planta de nuevo. Lo hará cargada de hormonas vegetales y de nutrientes, procurando llegar hasta el último rincón de la vid.
Importancia de la poda de invierno
Cuando la savia recorra los vasos conductores de la vid, se encontrará con que estos finalizan de repente. La savia habrá llegado a la herida de poda, al punto exacto en el que el viticultor realizó el corte.
Todavía no hay hojas nuevas que alimentar, pero la savia llega a ese punto de corte, a esa ¨herida¨ de la vid, con tanta fuerza y tantas ganas ya de primavera, que no puede frenarse, y saldrá al exterior.
Lo hace en forma de lágrima, por eso se dice que llora la vid.
Entonces volverá a repetirse el ciclo del viñedo. Estaremos, en este momento, ante una nueva añada.
Cantidad de agua que llora la vid
La cantidad de lloro que fluye de una cepa es variable. Depende básicamente de la época en la que se ha realizado la poda, del grosor de los cortes de poda, del vigor de la planta y de los factores climáticos.
Cuánto tiempo dura el lloro?
El lloro de la vid puede prolongarse durante aproximadamente una semana o diez días.
En este caso contamos el tiempo que la planta necesita desde que comienzan a despertar sus raíces con la llegada del calor, hasta que se produce la cicatrización en sus cortes.
Cuando esto último sucede, la planta ya ha despertado por completo de su letargo invernal. Comenzará entonces a crecer de nuevo gracias a las reservas acumuladas, y llegarán los brotes, que serán visibles en la vid. Todo esto dependerá en gran medida de las temperaturas.
Poco a poco, se irán desplegando las hojas, que crecerán para alimentar a la planta y formar las uvas. Y, en un abrir y cerrar de ojos, nos encontraremos de nuevo esperando a que llegue la vendimia.
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