Las comidas de invierno calientan el cuerpo y el alma. Los menús son abundantes, con sustancia y sabor. Éstas son algunas de nuestras combinaciones favoritas de comida y vino de invierno para que tu próximo plato te haga entrar en calor.
Pastas abundantes con salsa roja
Hacer pasta fresca en casa es bastante sencillo. La masa sólo requiere los ingredientes más básicos: huevos, aceite de oliva, harina y sal. Las pastas más deliciosas soportan con facilidad ricas salsas a base de tomate, y son sinónimo de satisfacción. Solemos buscar variedades italianas para maridar estos platos, pero no nos olvidemos de las etiquetas tintas del nuevo mundo que combinan a la perfección.
En cuanto a la salsa roja, lo mejor es acompañarla con un vino tinto, de cuerpo medio, fresco, con aromas frutales. Un Malbec puede ser la opción perfecta.
Para pastas ligeras, como las de salsas claras (con vegetales, crema, pesto, o queso), elegir vinos blancos frescos otorgará una armonía ideal. Algunas opciones son Sauvignon Blanc y Riesling. En cambio, para las más densas (por ejemplo, si el plato de pasta contiene pollo o pescado), optá por vinos blancos con más cuerpo, como un Chardonnay.
Grandes ollas de sopa
Una olla de sopa tiene un sabor diferente en cada hogar. Puede ser cremoso o a base de caldo, lleno de verduras o rico en carne. Puede llevar porotos o papa, queso o hierbas.
Como la sopa es personal y cultural, elegir un vino versátil como un Pinot Noir o una Criolla serán opciones ideales. Ambos son vinos que se sirven mejor con un ligero frío, que puede equilibrar la cálida sensación en boca de una sopa bien caliente.
Panes calientes con una pincelada de manteca
No hay nada como una rodaja de tu pan caliente favorito (tal vez de masa madre o incluso integral) con manteca blanda.
Realmente es un deleite para climas fríos. La calidez masticable y crujiente del pan se complementa con un rico vino blanco que también ofrece un toque de fresca acidez. Una copa de Chardonnay o Semillón es una de nuestras combinaciones favoritas para esta situación.
Domingo asado
Para muchas personas en todo el mundo, el almuerzo del domingo es un asunto aromático y cocinado a fuego lento.
Algunas personas preparan carnes y achuras a la parrilla, otras ponen pollo untado con manteca en el horno. Para vegetarianos, los champiñones o las berenjenas, en capas con salsa y queso, son opciones generosas sin carne.
Se espera que una comida como ésta sea realmente sustanciosa, así que te conviene elegir un vino que tenga cierta presencia, como el Syrah, Cabernet Sauvignon o Tannat. Vinos de invierno por excelencia.
Gratinados
Capas de papas o verduras con queso burbujeante y derretido y una cobertura de pan rallado crujiente: esto te calentará en un día bien frío.
Los platos cremosos gratinados se combinan mejor con un vino que tenga una acidez presente para resaltar la riqueza del queso, como el Riesling, o incluso una Garnacha bien fresca para un tinto.
Las comidas de invierno a menudo tienen capas de sabor, una situación que ofrece la oportunidad de encontrar un vino favorito verdaderamente versátil y mantenerlo.
Ya sea sentado alrededor de una mesa junto al fuego o acurrucado bajo una manta con un plato en tu falda, una cosa es segura: el vino es justo lo que necesitás para entrar en calor este invierno.
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